Cesar Jerez / Foto Archivo |
Hasta hace unos años el nombre de César Jerez era anónimo y solo había referencias suyas en pequeños círculos sociales. Sin embargo, hoy está en boca de los medios de comunicación y de las mismas autoridades, que dicen tener pruebas de su presunta relación con las Farc.
De su procedencia nadie da razón, incluso se dice que no es de la zona del Catatumbo, región en la que lidera las marchas campesinas, que desde hace un mes tienen alterado el orden público.
Se dice que se crió en la zona de Cimitarra y que tiene 42 años. En la página web de Prensa Latina se advierte que es fundador de este medio alternativo. Es geólogo de la Academia Estatal Azerbaijana de Petróleos de la antigua Unión Soviética; En Bakú (Azerbaiyán) obtuvo una maestría en geología industrial de petróleo y gas, además que vivió un tiempo en España.
Se indica, de la misma manera, que es profesor y traductor de ruso, además de tener estudios de gestión y planificación del desarrollo urbano y regional en la Escuela Superior de Administración Pública (Esap) de Bogotá.
Desde 1998 es miembro de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC) y en la actualidad coordina el equipo nacional la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).
En su hoja de vida también aparece como columnista de medios alternativos de comunicación, entre ellos la revista Rebelión, en la que critica el sistema de Gobierno colombiano, las políticas internacionales y de seguridad, así como las desmovilizaciones y el proceso que adelantó el presidente Álvaro Uribe con las autodefensas.
A pesar de su recorrido, Jerez era un desconocido en el país, hasta el protagonismo que adquirió con la movilización del Catatumbo, la misma que lo ha llevado a que las autoridades lo relacionen con las Farc y justifiquen, en alguna medida, la presunta infiltración de la guerrilla en esta protesta, que ha sido la denuncia que viene haciendo el Gobierno.
De hecho, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, hizo una referencia sobre Jerez sin mencionarlo. “Hay zonas donde nos quieren montar marchas y los líderes ni son campesinos, vienen de Europa”, aseguró.
Sus posibles relaciones con las Farc, develadas por organismos de inteligencia del Estado, parecen evidenciarse en correos electrónicos hallados en los computadores que les fueron decomisados a los abatidos jefes guerrilleros ‘Raúl Reyes’, ‘Mono Jojoy’ y ‘Alfonso Cano’.
Si bien Jerez ha dicho a los medios de comunicación que llegó al país para respaldar la marcha campesina y que todo lo que dice el Gobierno es “un montaje” y “una cortina de humo para desviar la realidad”, las pruebas que tienen los organismos del Estado sustentarían la tesis sobre la infiltración de las Farc en la protesta.
En uno de los correos interceptados por las autoridades y hallados en los computadores, alias ‘Roberto Mono’, de quien se dice hace parte de la Comisión Internacional de las Farc, le dice a ‘Raúl Reyes’ que “al fin logramos que César Jerez de la ACVC asista en nombre del periódico digital Prensa Rural para hablar sobre el señalamiento de ‘terroristas’ a sindicalistas por parte del Estado colombiano”.
Así mismo, ‘Timochenko’ le envía un e-mail a Reyes, en el que le indica que “la asociación de campesinos del Cimitarra tiene un compañero en misión en Europa, llama César. No sabemos si habrá quejas de él” y paso seguido argumenta que “se están presentando algunas dificultades porque Lucas, de la comisión internacional, anda regando el cuento que César no es de la asociación y que no representa a nadie, lo que nos ha quitado varios apoyos que se habían comprometido con la asociación como tal. Ver que se puede saber al respecto”.
No obstante las acusaciones, sectores políticos de izquierda han salido en defensa de Jerez. Fue el caso del representante Iván Cepeda, quien a través de un comunicado enfatizó que el geólogo “no es ningún guerrillero” y aclara que este hombre “ha estado asesorando y apoyando a los campesinos del Catatumbo”.
Sin embargo, la misma Fiscalía ya anunció investigaciones por las muertes y los heridos que se han registrado en el Catatumbo, al sustentar que una cosa es la protesta y otra la acción “criminal”.
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